Durante las fiestas de fin de año, los turistas que visitaban el municipio de Alter do Chão, en Pará, fueron sorprendidos por aguas turbias. Los residentes y las agencias de turismo temen que la contaminación haya sido causada por materiales tóxicos vertidos por la minería ilegal en el curso medio del Tapajós, un centro de la actividad en Brasil.
Conocida como el Caribe amazónico, la región de Alter do Chão depende del turismo. Los pobladores informan que las aguas del río estaban turbias solo durante los períodos de lluvias más intensas, pero que el avance de la minería ha reducido la “ventana de agua clara”, lo que puede ser catastrófico para los negocios locales.
La minería ilegal ha estado presente en el Tapajós desde al menos la década de 1980. Sin embargo, la actividad se ha intensificado en los últimos años, con retroexcavadoras que facilitan el volteo de tierras en las orillas de los ríos. Según una encuesta realizada en diciembre por Greenpeace, la minería ilegal destruyó 632 kilómetros de ríos en la región del río Tapajós.
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