Debido a sus centrales hidroeléctricas, la región amazónica genera el 26% de toda la electricidad consumida en el territorio brasileño. Sin embargo, los municipios de la Amazonía Legal tienen 1 millón de personas que no pueden depender de la electricidad o que se abastecen de electricidad solo unas pocas horas al día, a través de generadores.
Además, por estar fuera del Sistema Interconectado Nacional (SIN), otros 3 millones de personas de la región necesitan ser abastecidas por termoeléctricas a diesel, opciones más caras y contaminantes.
El delicado suministro de energía eléctrica tiene consecuencias para el desarrollo económico de la región. Según una encuesta de Imazon (Instituto do Homem e Meio Ambiente da Amazônia), miembro del OCAA (Amazon Observatory on Trade and Environment), la subutilización de ciertas cadenas productivas hace que la región participe en apenas el 0,17% del mercado de cacao, pimienta negra, pescado y otros “productos del bosque”.
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