Entre 1991 y 2020, la superficie de ríos, lagos y otros cuerpos de agua dulce disminuyó en promedio un 15,7% en Brasil. La cifra, revelada este domingo por MapBiomas, indica una tendencia preocupante: las obras de represas creadas para aumentar el acceso a los recursos hídricos no han compensado las pérdidas.
En las últimas tres décadas, la cobertura de 19,7 millones de hectáreas de estos cuerpos se ha reducido a 16,6 millones. Las pérdidas ocurrieron en todas las regiones, pero juntas suman una vez y media la totalidad del área de agua dulce del noreste del país.
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