Tatiana Prazeres, profesora asociada de la Universidad de Pekín, comenta sobre el impuesto a las importaciones de carbono, también conocido como el mecanismo de ajuste de carbono en la frontera (CBAM, en inglés):
«En el universo de iniciativas ya adoptadas para combatir el cambio climático, esta es la medida con mayor impacto comercial en terceros países. Esta es la motivación que presentan los europeos: las empresas han optado por producir en países con requisitos medioambientales más laxos y luego, además de provocar una competencia desleal, la práctica, denominada fuga de carbono, socava los esfuerzos para reducir el CO₂ a nivel mundial.
Esto es lo que irrita al resto del mundo: aquí están los europeos nuevamente diciendo cómo debería comportarse el resto del mundo. Si no siguen la cartilla europea, pagarán más para acceder al mercado del bloque.»