Si la definición de bosque utilizada por la FAO es adoptada por la Unión Europea en la implementación de sus políticas para combatir la deforestación, más de 3 millones de km² de vegetación nativa en América del Sur podrían ser vulnerables a la deforestación.
Según el análisis de MapBiomas, al menos el 16% de la Amazonía estaría expuesta a la destrucción de los bosques. En la Caatinga, más del 90% no tendría ningún tipo de protección. En Pantanal y Cerrado, alrededor del 70% de sus áreas no se ajustan a esta definición.
Para la FAO, bosque es un tipo de tierra cuyo índice de densidad de cobertura arbórea es superior al 10%, con una superficie superior a 0,5 hectáreas y árboles con una altura mínima de 5 metros en su madurez. Sin embargo, muchos ecosistemas no se ajustan a este concepto restrictivo.
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