El efecto climático comienza a aparecer en las estimaciones de cultivos de Brasil. Las principales entidades que acompañan al sector empezaron a vislumbrar una producción de cereales muy inferior a la esperada.
La Conab (Companhia Nacional de Abastecimento) prevé una cosecha de 106,4 millones de toneladas de maíz, por debajo de las 109 previstas anteriormente.
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