Con la creciente presencia de la crisis climática en las agendas de líderes y empresarios mundiales, se ha acelerado la aplicación de medidas para combatir la deforestación y la emisión excesiva de gases de efecto invernadero. La propuesta de la Unión Europea de bloquear productos extranjeros de áreas deforestadas legalmente o ilegalmente indica que las exportaciones seguirán regulaciones ambientales cada vez más estrictas.
Además de las políticas públicas, el patrón de consumo de la población también ha cambiado para tomar en cuenta el impacto socioambiental de sus compras. Las encuestas indican que los consumidores están dispuestos a pagar más, cambiar sus patrones de consumo e introducir una nueva legislación para prohibir los productos contaminados con glifosato.
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