La producción agrícola brasileña fue devastada en 2021 por una combinación de incendios forestales y escarchas estimuladas por el cambio climático. La destrucción de cultivos aumentó los precios de los alimentos en el mercado internacional.
Según el meteorólogo del Centro Nacional de Monitoreo y Alerta de Desastres Naturales (CEMADEN), Marcelo Seluchi, la deforestación en la Amazonía para la creación de pastos fue decisiva para la desregulación de las temporadas de lluvias. Según él, el país no ha tenido una temporada de lluvias normal desde 2010.
Este contenido es de libre acceso