La diversidad territorial de la Amazonía, reflejada en sus pueblos, culturas, suelos, flora y fauna, como elementos únicos para mejorar la calidad de vida. Por lo tanto, lograr un modelo de desarrollo sostenible y duradero pasa necesariamente por la preservación de los ríos y los bosques.
Con la aplicación de los valores de la bioeconomía, sectores como la salud, la alimentación, la regulación climática, la distribución de la riqueza y la promoción del bienestar social pueden verse influidos positivamente por la riqueza generada a partir de productos y servicios basados en los modelos productivos de los pueblos tradicionales.