Durante las tres últimas décadas, Brasil se ha estado volviendo más seco. El país, de 1991 a 2020, perdió cerca del 15,7% de su superficie de agua, el equivalente a 3,1 millones de hectáreas. Todos los biomas tuvieron pérdidas, pero la situación más preocupante es la del Pantanal, con una reducción del 74% en la superficie del agua. Los datos provienen de una herramienta que MapBiomas acaba de lanzar.
La destrucción en la Amazonía también influye en la situación en el Pantanal, según Bernardino, investigador de WWF-Brasil. «La Amazonía juega un papel fundamental para la lluvia en América del Sur. Este gran sistema que ayuda a regular las precipitaciones se vio afectado», dice Bernardino.
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