Invertir en la productividad del ganado y reformar los pastos puede ser más barato que talar los bosques para abrir nuevas áreas, según investigación. Actualmente, la apertura de nuevos pastos es el principal motivo de deforestación y quema de vegetación nativa.
Según Paulo Barreto, investigador asociado del Instituto Amazónico del Hombre y el Medio Ambiente (Imazon), una de las organizaciones fundadoras de OCAA (Observatório de Comércio y Ambiente de la Amazonía), las 90 millones de hectáreas destinadas a pastos en Brasil ya son más que suficientes para mantener la producción ganadera nacional.
Según el estudio, sería necesario invertir R$ 270 millones por año para atender la demanda de carne, mientras que la deforestación de la vegetación nativa demandaría un costo 71,5% mayor, estimado en R$ 950 millones, sin incrementar la productividad.