Las exportaciones brasileñas de madera se han disparado en los últimos diez años y aunque las ventas al exterior en sí mismas no requieren prueba de buenas prácticas de manejo, el área de bosques certificados en el país aumentó en un 40% en el período.
Los analistas dicen que el avance en la certificación refleja una mayor conciencia entre los compradores y también un esfuerzo de los productores para lidiar con la imagen negativa del país en el exterior. Gran parte de la madera certificada se destina al extranjero.
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